diciembre 21, 2021

Cómo la Cebra obtuvo sus rayas.

 Esta es una historia africana de cómo la cebra obtuvo sus rayas.

Hay muchas historias y preguntas sobre cómo la cebra obtuvo sus rayas, y aquí en África una de las más conocidas es del pueblo San / bosquimano del desierto namibio del Kalahari.

Se cuentan muchos cuentos e historias africanos sobre los animales salvajes en África, para explicar su apariencia o comportamiento únicos.

Entonces, ¿cómo consiguió la cebra sus rayas negras, o son rayas blancas? Bueno, déjame contarte la fábula.

Hace mucho tiempo, cuando los animales todavía eran nuevos en África, el clima era muy caluroso, y la poca agua que quedaba en algunas piscinas y sartenes.

Una de estas piscinas de agua restantes estaba custodiada por un mandril bullicioso, que afirmó que era el «señor del agua» y prohibió a nadie beber en su piscina.

Un buen día, cuando una cebra y su hijo bajaron a beber agua, el mandril, que estaba sentado junto a su fuego junto al pozo de agua, saltó y ladró en voz alta. Váyanse, intrusos. Esta es mi piscina y yo soy el señor del agua.»

«El agua es para todos, no solo para ti, cara de mono», gritó el hijo de la cebra.

«Si quieres un poco de agua, debes luchar por ella», regresó el mandril con una fina furia, y en un momento los dos estaban encerrados en combate.

Iban y venían luchando, levantando una enorme nube de polvo, hasta que con una patada poderosa, la cebra envió al mandril volando alto entre las rocas del acantilado detrás de ellos. El mandril aterrizó con una bofetada en su asiento, quitándole todo el pelo limpio, y hasta el día de hoy, todavía lleva el parche desnudo donde aterrizó.

La cebra joven, cansada y magullada, sin mirar hacia dónde iba, se tambaleó a través del fuego del mandril, que lo quemó, dejando rayas negras quemadas en su pelaje blanco.

El shock de ser quemado, envió a la cebra galopando a las llanuras de la sabana, donde se ha quedado desde entonces.

El mandril y su familia, sin embargo, permanecen en lo alto entre las rocas donde ladran desafiantes a todos los extraños, y cuando caminan, todavía sostienen sus colas para aliviar la quemadura dolorosa de sus traseros calvos parcheados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.