¿Debería Ducharse Después Del Entrenamiento?
Si hay un gran debate que es tan intenso como los debates sobre si el pollo o el huevo llegaron primero, es si debes o no tomar una ducha inmediatamente después del entrenamiento. Probablemente, nada es más refrescante que lavar el sudor de tu cuerpo y, aún mejor, lavarlo todo con agua fría.
El sudor atrae bacterias, levaduras y hongos amantes de la humedad, y los expertos dicen que una ducha después del entrenamiento no solo previene brotes y erupciones causadas por estos organismos, sino que las duchas frías y calientes también ayudan a mejorar la circulación.
Qué hacer después del entrenamiento
Si bien puede ser demasiado tentador ducharse justo después de un entrenamiento , también notan que es vital esperar al menos de 20 a 30 minutos después de un entrenamiento intenso antes de ducharse.
Lo mejor que puede hacer, según los profesionales médicos, es permitir que su cuerpo descanse lentamente, durante aproximadamente 30 minutos después de un ejercicio intenso. Esto significa hacer ejercicios ligeros y refrescantes, como estirar durante unos 10 minutos. Luego, cámbiate a ropa seca y limpia para evitar brotes o infecciones.
Finalmente, hidrátate y toma bocadillos ligeros como una ensalada verde, un batido de leche o pistachos para reponer los electrolitos y los nutrientes que podrías haber perdido mientras hacías ejercicio y evitar el dolor.
¿Por qué es importante descansar después del entrenamiento?
El trabajo mejora la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, un proceso que dura incluso después del entrenamiento. El reposo permite que su cuerpo se enfríe y vuelva a su estado normal previo al entrenamiento, lo que normaliza su temperatura y frecuencia cardíaca. Los primeros 30 minutos después de hacer ejercicio son cruciales, porque este es el momento en que más se recuperan y reconstruyen sus músculos.
Los expertos también aconsejan no ducharse inmediatamente después del entrenamiento, ya que podría hacer que los vasos sanguíneos se dilaten, lo que puede causar un ataque cardíaco, independientemente de si usó agua fría o caliente. Las personas que tienen afecciones cardíacas preexistentes son más propensas a esto. Además, no permitir que su cuerpo se enfríe puede provocar mareos o desmayos.
¿Qué es mejor: caliente o frío?
Realmente no hay un estándar de oro cuando se trata de duchas después del entrenamiento. Tanto las duchas frías como las calientes tienen sus propios beneficios. Las duchas de agua caliente ayudan a dilatar oropen los vasos sanguíneos, lo que mejora la circulación. Esto puede ayudar a relajar y calmar los músculos.
Por otro lado, las duchas frías estrechan los vasos sanguíneos, lo que también fomenta el flujo sanguíneo a los órganos más importantes del cuerpo. Las duchas frías disminuyen la temperatura del cuerpo y ayudan con la inflamación, evitando que los músculos se hinchen.
Ya sea que elija una ducha fría o caliente, una cosa importante a recordar es no optar por extremos. Idealmente, una ducha de agua caliente no debe ser superior a 46ºC y duchas de agua fría no inferior a 10ºC.
Lo más importante es que primero permitas que tu cuerpo se enfríe. Una vez que haya pasado de 20 a 30 minutos refrescándose, tenga la seguridad de que es seguro (¡y refrescante!) para tomar una ducha.